Bosques: entre biodiversidad, clima y desarrollo

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Los bosques son el ecosistema terrestre principal que atesora la mayor reserva de diversidad biológica y el que mayor capacidad de absorción de carbono tiene. Desempeñan un papel central en las soluciones basadas en la naturaleza y son considerados un recurso de lucha contra el cambio climático y la pérdida de biodiversidad. Se calcula que el sustento de 1600 millones de personas en el mundo depende directa o indirectamente de los bosques. La crisis sanitaria de COVID-19 ha demostrado además que existe un fuerte vínculo entre la salud de los ecosistemas y la de la población.

Por ello, los bosques mundiales, y más particularmente los bosques tropicales, son cruciales para afrontar distintos desafíos a los que se enfrenta el planeta actualmente: la preservación de la biodiversidad, la lucha contra el cambio climático y el desarrollo humano.

Bosques mundiales
La FAO [1] publicó en 2020 su último informe sobre el estado de los bosques del mundo. El informe, que se publica cada cinco años, presenta el estado global de los bosques en el mundo. Recuerda que la Tierra cuenta con una superficie forestal total de 4060 millones de hectáreas, el 31 % de la superficie total de las tierras. La región que mayor superficie boscosa concentra es la tropical (45 %). Cinco países atesoran más de la mitad (54 %) de los bosques mundiales: Brasil, Canadá, China, Estados Unidos y Rusia.

Se sigue perdiendo superficie boscosa a un ritmo alarmante

MA pesar de reconocer que los bosques son vitales para el planeta y para su población, la desforestación y la degradación de los bosques continúa a un ritmo alarmante.

Según el informe de la FAO de 2020, en dos décadas han desaparecido en total cien millones de hectáreas de bosques. Los más afectados han sido los bosques primarios y los tropicales. En 2019, cada dos segundos se destruía una superficie boscosa tropical equivalente a la de un estadio de fútbol. Según las ONG y los científicos que alertan sobre el hecho de que estamos llegando a un punto de no retorno en lo que se refiere a los ecosistemas forestales, esta tendencia se mantiene.

La deforestación en los países tropicales la originan varios fenómenos. El primero de ellos es la conversión de tierras forestales en explotaciones agrícolas para satisfacer la demanda de los países consumidores de materias primas agrícolas (aceite de palma, soja, cacao, etc.). También ejercen presión sobre estos recursos otras actividades económicas, como la explotación minera o forestal. La deforestación y la degradación de los ecosistemas forestales son responsables del 11 % de las emisiones de gases de efecto invernadero a escala mundial. África es el continente que registró una mayor pérdida de superficie forestal neta entre 2010 y 2020.

Los devastadores incendios forestales que sufrieron varios países en 2019 y 2020 mostraron la extrema vulnerabilidad de los bosques frente a las consecuencias del cambio climático. Más de 100 millones de hectáreas de bosques sufren distintos tipos de agresiones relacionadas con el cambio climático, entre ellas los megaincendios, las plagas, las enfermedades, las especies invasivas, la sequía y los fenómenos meteorológicos extremos. En los próximos años, estas amenazas deberían agudizarse rápidamente con el aumento de las temperaturas y el agravamiento del cambio climático. Exigen una respuesta rápida y coordinada que permita proteger y gestionar resilientemente estos ecosistemas.

En un contexto que se caracteriza por los cambios globales y las crecientes amenazas para estos ecosistemas (deforestación, degradación, incendios, etc.), Francia defiende un compromiso decidido con la protección de la biodiversidad de los bosques, la lucha contra la deforestación y la gestión sostenible de dichos ecosistemas tanto en el ámbito europeo como en el internacional. Aboga por una mejor coordinación de los foros e instrumentos relativos a los bosques a escala internacional, y por mantener a la vez un elevado compromiso político.

¿Instrumentos internacionales de protección de los bosques?

La protección de los bosques no cuenta con un marco global de intervención, sino que las tres convenciones de Río (Clima, Diversidad Biológica y Desertificación) y las distintas asociaciones regionales y subregionales abordan la cuestión de forma fragmentada.

La protección de los bosques en las grandes convenciones internacionales

Las llamadas convenciones de Río llaman a proteger los bosques, pero sin una visión única : los bosques, que se tienen en cuenta tanto en las contribuciones determinadas a nivel nacional (CDN) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC ), como a través del Programa de Trabajo Ampliado sobre Diversidad Biológica Forestal del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) y desde la perspectiva de la degradación de las tierras en la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (CLD), saldrían ganando si aumentara la coherencia a su respecto en las grandes convenciones internacionales.

En la COP26, 141 Estados, entre ellos Francia, suscribieron la Declaración de los líderes de Glasgow sobre bosques y uso sostenible de las tierras, comprometiéndose así a detener la pérdida de cubierta forestal mundial para 2030.

Otros convenios tratan directamente de los bosques. Es el caso de la Convención relativa a los Humedales de Importancia Internacional, la llamada Convención de Ramsar, que trata de las turberas forestales y bosques de manglares. La Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) trata de algunas especies leñosas cuya madera es preciosa, para las cuales existen normas estrictas en materia de comercio internacional (control del origen en la exportación para prevenirla o limitarla).

Algunos tratados internacionales contienen disposiciones relativas a los bosques, pero no hay ningún acuerdo jurídico mundial que reglamente la actividad relacionada con los mismos.

Protección de los bosques a través de muchos procesos no vinculantes

Foro de las Naciones Unidas sobre los Bosques (FNUB)

En el año 2000, ante la falta de reglamentación, se estableció un acuerdo internacional sobre los bosques en el marco del Consejo Económico y Social (ECOSOC).

Lo forman dos dispositivos:

  • el Foro de las Naciones Unidas sobre los Bosques (FNUB), foro de diálogo de los Gobiernos,
  • la Asociación de Colaboración en materia de Bosques (ACB), que reúne y coordina a catorce organizaciones implicadas en las cuestiones forestales.

En 2017, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó el primer plan estratégico para los bosques (2017-2030), en sintonía con los objetivos de desarrollo sostenible (ODS).

En este foro político y técnico, Francia promueve la gestión sostenible de los bosques y la consecución de los seis objetivos forestales mundiales.

En 2021, el ECOSOC publicó un informe de evaluación de la situación relativa a los objetivos forestales mundiales, relacionada con los ODS: https://www.un.org/esa/forests/wp-content/uploads/2021/04/Global-Forest-Goals-Report-2021.pdf (en inglés)

REDD-plus

La negociación de la REDD-plus (reducción de las emisiones debidas a la deforestación y la degradación forestal) en el marco de la CMNUCC contemplaba que los países desarrollados ayudaran económicamente a los países en desarrollo, que, en contrapartida, llevarían a cabo políticas de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero relacionados con la deforestación o de lucha contra la degradación forestal o el aumento de las reservas forestales de carbono. Una cuestión clave a escala mundial es la movilización y la coordinación de la financiación para los bosques por parte de la comunidad internacional.

Desafío de Bonn

El Desafío de Bonn es un esfuerzo mundial emprendido en 2011, cuyo objetivo consiste en restaurar 150 millones de hectáreas de tierras degradadas y afectadas por la deforestación para 2020 y 350 millones de hectáreas para 2030. Con el mismo objetivo, la Asamblea General de las Naciones Unidas lanzó en 2021 el Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de los Ecosistemas (2021-2030).

La Déclaration de New York sur les forêts (DNYF)

Cette déclaration a été lancée lors du sommet du SGNU sur le climat de septembre 2014. Elle avait pour but de faire reconnaître la place des forêts dans l’agenda politique international en rassemblant les actions visant à les protéger, les restaurer et les gérer durablement. Le périmètre de ces actions recouvre les volets restauration, financement et les chaînes d’approvisionnement exemptes de déforestation. Avec plus de 190 signataires, un des objectifs clé de la déclaration est de réduire de moitié la déforestation d’ici 2020 et de la stopper d’ici 2030.

Declaración de Nueva York sobre los Bosques

La declaración se hizo durante la Cumbre sobre el Clima del secretario general de las Naciones Unidas de septiembre de 2014. Su objetivo consistía en dar cabida a los bosques en la agenda política internacional, agrupando acciones para su protección, restauración y gestión sostenible. El perímetro de dichas acciones cubre los aspectos de la restauración, la financiación y las cadenas de suministro sin deforestación. Uno de los objetivos clave de esta declaración suscrita por 190 signatarios consistía en haber reducido la deforestación a la mitad en 2020 y detenido en 2030.

Declaraciones de Ámsterdam

Estas declaraciones, impulsadas durante la presidencia neerlandesa de la Unión Europea a finales de 2015 y firmadas por 7 Estados europeos, entre ellos Francia, que ostentó la presidencia en 2018, fomentan la eliminación de la deforestación de las cadenas de suministro agrícola en los países firmantes, apoyando los esfuerzos del sector privado hacia un objetivo de deforestación nula, en particular en lo que se refiere al aceite de palma.

La alianza de las declaraciones de Ámsterdam, compuesta por Francia, Alemania, los Países Bajos, el Reino Unido y Dinamarca, trabaja para alcanzar este objetivo.

En la COP26, el objetivo de acabar con la deforestación de las cadenas de suministro agrícolas quedó recogido en la Declaración FACT (Forest, Agriculture, and Commodity Trade). Francia suscribió la declaración junto con otros 27 países forestales y no forestales.

Actividad de Francia en este ámbito

Francia, con sus territorios de ultramar, y en particular la Guayana Francesa, es el único país europeo que gestiona bosques tropicales y desempeña un papel crucial en los debates forestales europeos e internacionales. Hace tiempo que defiende una postura fuerte sobre la promoción de la protección de la biodiversidad de los bosques, la lucha contra la deforestación, la explotación ilegal y el comercio relacionado con ella. Además, los bosques desempeñan un papel central en las soluciones basadas en la naturaleza y se consideran como recurso de lucha contra el cambio climático y la pérdida de biodiversidad.

Promoción de la gestión sostenible de los bosques, en aras de la biodiversidad

La gestión sostenible de los ecosistemas forestales concilia las distintas funciones de los recursos forestales: :

  • funciones medioambientales, entre las que figura el almacenamiento de carbono;
  • mantenimiento de la biodiversidad:
  • protección de los suelos;
  • regulación del ciclo del agua;
  • funciones socioeconómicas y culturales cruciales para la población.

La gestión sostenible también incluye actividades de restauración e incluso de reforestación de ecosistemas degradados.

Considerando los principales retos a los que se enfrentan los bosques, los objetivos fundamentales que defiende Francia actualmente son:

  1. la preservación de la biodiversidad de los bosques a través de la gestión de áreas protegidas, la lucha contra la explotación forestal ilegal y el comercio relacionado con ella, la lucha contra los incendios y la respuesta a los fenómenos extremos, etc.;
  2. el desarrollo de cadenas de valor sostenibles y deforestación cero: favorecer el acceso al mercado de productos de explotaciones razonables de los recursos naturales, la agrosilvicultura, la promoción de la certificación territorial o de prácticas agrícolas «deforestación cero»;
  3. a formulación, con todas las partes interesadas (comunidades locales, ONG, etc.) de prácticas de gestión sostenible y concertada de tierras y bosques (ordenación sostenible del territorio y las infraestructuras) y de estrategias a largo plazo con baja intensidad en carbono;e ;
  4. la promoción del conocimiento y las prácticas tradicionales; ;
  5. la cooperación transfronteriza : entre áreas protegidas, para luchar contra el tráfico internacional y la delincuencia ambiental.
Estos principales objetivos quedan recogidos en el marco de la Alianza para la Preservación de los Bosques Tropicales y Húmedos, lanzada en 2019, en particular a iniciativa de Francia, en paralelo al 74.º período de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas. La iniciativa se refiere a las tres principales cuencas tropicales, y persigue reunir a todos los actores de los bosques tropicales. Tras varios meses de negociaciones en 2020, que culminaron con un acuerdo sobre la Carta constitutiva de la Alianza para la Preservación de los Bosques Tropicales y Húmedos en julio de 2020, la iniciativa se estructura ahora alrededor de un núcleo constituido por países miembros, entre los que figuran Gabón y Colombia entre los más antiguos o la República Democrática del Congo y Panamá, que se sumaron a la Alianza en 2021.

> Más información sobre la Alianza para la Preservación de los Bosques Tropicales y Húmedos en el sitio de la cumbre One Planet
Carta de la Alianza para la Preservación de los Bosques Tropicales y Húmedos -(PDF, 348.4 ko)

Compromiso claro con los bosques del África Central

El compromiso de Francia con los bosques es especialmente fuerte en África, en particular en la cuenca del Congo. Francia apoya la convergencia de las políticas forestales de los países de la región de la cuenca del Congo a través de la Comisión de los Bosques de África Central (COMIFAC), y la Alianza para la Protección Forestal de la Cuenca del Congo, que coordina la acción de los proveedores de fondos, ONG, empresas y centros de investigación que dan apoyo a la COMIFAC.

Francia también apoyó en 2015 la Iniciativa Forestal Centroafricana (CAFI, Central African Forest Initiative), aportando una contribución de 12 millones de euros hasta 2021. CAFI es una iniciativa con múltiples donantes de fondos, entre los que figuran Alemania, Francia, Noruega, los Países Bajos, el Reino Unido, la Unión Europea, Bélgica y Corea del Sur.
Afecta a seis países del África Central: la República Democrática del Congo, Gabón, la República del Congo, Camerún, la República Centroafricana y Guinea Ecuatorial. El fondo de la iniciativa cuenta con un compromiso de financiación de 737 millones de dólares hasta 2025. La iniciativa va dirigida a todas las causas de la deforestación y acompaña las reformas políticas necesarias en cada uno de estos sectores: agricultura, silvicultura, minas e infraestructuras, gobernanza, propiedad del terreno, demografía y energía. Responde conjuntamente a un doble objetivo de i) reducción de la deforestación y ii) mejora de las condiciones de vida de la población, en una iniciativa de desarrollo rural sostenible con un impacto mitigado sobre los bosques.

Desde el principio de la iniciativa, tres países (República Democrática del Congo, Gabón y la República del Congo) han firmado cartas de intención con CAFI. Para la iniciativa, el reto para los próximos años consiste en reforzar la implementación de dichas cartas de intención, el desarrollo de nuevas asociaciones y su multilateralismo.

Actuar a escala europea con el plan de acción FLEGT y el reglamento contra la deforestación

FLEGT es el acrónimo inglés para la aplicación de las leyes, gobernanza y comercio forestales. El plan de acción FLEGT de la UE persigue luchar contra la explotación ilegal de los bosques del mundo a través de la responsabilización de las sociedades y el consumo europeo. Propone un paquete de medidas relativas:

  • a los países productores, en el marco de acuerdos voluntarios de asociación;
  • al mercado europeo, con la medida destacada del reglamento sobre la madera de la UE, adoptado en octubre de 2010. Dicho reglamento prohíbe la comercialización de madera de origen ilegal e obliga a los negociadores a cumplir requisitos de diligencia debida en lo que se refiere al origen de la madera.

En noviembre de 2021, en el marco de su pacto por la naturaleza, la Comisión Europea propuso un reglamento para minimizar la deforestación y la degradación forestal provocadas por la UE en el mundo, respaldando el consumo en la UE de productos procedentes de cadenas de suministro libres de deforestación.

Este proyecto de reglamento establece reglas obligatorias que deben cumplir los operadores que comercializan en el mercado de la UE seis productos básicos específicos asociados a la deforestación y la degradación de los bosques: la soja, la carne de vacuno, el aceite de palma, la madera, el cacao y el café, al igual que sus productos derivados. Su finalidad consiste garantizar que sólo estén autorizados en la UE productos «deforestación cero» que respeten la legislación nacional en vigor en el país de origen y sean objeto de una declaración de diligencia debida.

En el plano nacional, estrategia de lucha contra la deforestación importada

El 14 de noviembre de 2018, Francia publicó su estrategia nacional de lucha contra la deforestación importada (SNDI). Dicha estrategia se articula en torno a 5 orientaciones principales y 17 objetivos y persigue poner fin a la importación de productos forestales o agrícolas no sostenibles que contribuyan a la deforestación.
La SNDI trata, en primer lugar, de las importaciones agrícolas que parecen participar en mayor medida en la deforestación, mencionadas en las declaraciones de Ámsterdam (soja, aceite de palma, carne de vacuno y productos asociados, cacao, hevea) así como de la madera y productos derivados.

En este contexto, se mantiene un diálogo y una cooperación reforzada con los países productores y consumidores, gracias al aumento del importe de la ayuda oficial al desarrollo dedicado a financiar programas en pro de la adaptación al cambio climático y la biodiversidad. Desde 2018, la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD) ha dedicado 60 M€ anuales a proyectos que ayudan a la gestión sostenible, la lucha contra la deforestación, la restauración de los ecosistemas forestales y la repoblación forestal.

Actores de referencia

Actualización: marzo de 2022